domingo, 28 de diciembre de 2008

Viajar: Cuatro paredes y una copa (o dos).

Comparte el vino con la literatura el ser uno de los medios de transporte más curiosos de los que existen. Te permiten viajar en cualquier época del año, ya sea temporada alta o temporada baja. Es rápido, limpio y contamina bien poquito. Te permite viajar cómodo y ligero. Tú escoges cuándo, cómo e incluso puede que con quién.
Te permite además viajar en el tiempo, a vendimias pasadas, a situaciones vividas a momentos que vienen a tu memoria mediante el vino que estás bebiendo. Te permite no sólo viajar a lugares conocidos, si no que te permite volar en décimas de segundo a rincones y situaciones que nunca has vivido, que nunca antes has bebido. La niebla de una mañana en Toscana, el Atlántico batiendo la costa francesa o el levante alborotándolo todo en Sanlucar de Barrameda. Sí, sin duda el vino nos permite viajar a lugares que nunca has pisado y verlos claramente en cada sorbo, aunque para ello haya que cerrar los ojos. En ocasiones para ver las cosas con total claridad es necesario cerrar los ojos.

Análogamente a como ocurre con la literatura cuanto más viajas más ganas tienes de seguir haciéndolo. Este año he viajado por Loira, Burdeos, Alsacia, Champagne, Beaujolais, Mosela, Palatinado, Eslovenia, Niagara Falls... y también me he quedado más cerca, pues he tocado Rioja, Ribera del Duero, Penedés, Priorato, Montsant, Alicante, Valencia, Jeréz, Sanlucar, Bierzo, Castilla-La Mancha.... Algunos que se me habrán olvidado y otros muchos que no se me van a olvidar. ¿Muchos? ¿pocos? Ahora que lo leo en voz alta me doy cuenta de lo poco viajado que estoy, si bien y en cualquier caso siempre con la promisión de que lo que venga sea más y mejor que lo que se deja atrás. El siguiente viaje comienza cuando ha finalizado el anterior. Sigamos viajando. Sigamos bebiendo.

Este mes he viajado por los siguientes lugares:
- Colet Assemblage Extra Brut. Bodega Josep Colet. DO Penedes.
Degollado Oct/07
De color más cobrizo que en ocasiones anteriores, lo he bebido pensando en un Roscón de Reyes. Debo estar sugestionado por las fechas, pero le he encontrado notas de bollería, fruta confitada, almendras... Lo dicho, un roscón antes de tiempo.

- Viña Cubillo Crianza 2002. Bodegas López de Heredia. DOC Rioja (8.5 EUR)
Botella muy distinta a la que había bebido en alguna ocasión anterior. Frente a aquella estimulante botella anterior que invitaba a beber y más beber encuentro en esta un color evolucionado y aunque el vino estaba suficientemente correcto y bebible se mostraba ciertamente exhausto. ¿Se ha caido o mala conservación?
Hasta hace poco me había quedado con esta impresión, pero un post reciente del amigo Camblor me hizo enarcar convenientemente la ceja, pues como podeis leer no he sido el único al que le ha ocurrido esto. ¿Trígono de casualidades? Pues no te digo yo ni que sí, ni que no, veremos si seguimos tirando del hilo y esto ha sido un mero tropezón de botellas concretas.

- Viña Bosconia 1998. Bodegas López de Heredia. DOC Rioja (12.54 EUR)
Días de niebla y lluvia. Busco en la nevera algún vino, me encuentro con esta botella y con algo que no había reparado hasta hoy. La cápsula se encuentra ligeramente abultada. ¡Ay! me empiezo a inquietar. Lo compruebo y en efecto en algún momento esta botella había rezumado y no me había dado cuenta hasta hoy. En fin, para mañana es tarde, de modo que será cosa de abrirla a ver qué hay.
Bebo algunos sorbos mientras cocino, para comprobar, primero en el color y luego todo lo demás, que no está todo lo fresco que debiera estar a estas alturas. Una lástima. En cualquier caso sigue estando rico, con suaves tonos de "madera-LdH", guindas en licor, cuero, tabacalera y jabón de afeitado. Me rio mientras cocino los callos con garbanzos recordando las letras de Abraham García en las que decía que los callos, como los besos, o son con lengüa o no son. Se enfrían, de modo que soy yo quien dice ahora que Verba volant, los callos manent.

- Fuentespina 2007. Bodegas Fuentespina. DO Ribera del Duero
Sorprendente y sorpresiva sorpresa. Por un lado esta botello llegó en la habitual cesta de Navidad y por otrooooo... pues que es el segundo vino de Ribera del Duero que me gusta este año. ¡Que suenen los pífanos y timbales si'l vous plait!
Es un sencillo vino joven y me ha resultado bien agradable. Fruta roja, algo de chuches y nada de sobremadurez con un grado alcohólico contenido. Buscando por ahí parece que el precio anda entre los 4-5 EUR lo cual le haría tener una buena RCP.

- Marcel Lapierre Morgon 2006. AOC Morgon. (12 EUR)
Cuvée sin sulfuroso.
Congregose la animalidad toda en el interior de esta botella. Era el arca de Noé y no faltaba ni uno solo de los animales de la creación (he pasado lista "porsiaca"). Mortal para la pituitaria oiga. He mantenido el vino abierto durante cuatro o cinco días y no había más que olores animales en una cantidad absolutamente insoportable. Lamentablemente se ha ido por el fregadero.

- Itsas Mendi 2008. Bodegas Itsas Mendi. DO Bizkaiko Txakolina (8.9 EUR)
Un toque de primavera que me lleva junto al mar en este frío invierno. En este momento se encuentra muy disfrutable. Hierba recién cortada, hinojo, piña, un ligero toque amargo al final con un paso más denso de lo que te puedes esperar visto sus aromas tan frescos. Un vino muy vivo, alegre y jóven en este momento.

- Acústic 2007. Acústic Celler. DO Montsant (12.9 EUR)
Me ha dejado bastante indiferente. No voy a ponerme a buscar palabras para describirlo o para hacer un listado de descriptores al uso, porque lo cierto es que no me ha motivado a nada en absoluto. Un vino correcto sin más. Muy corto para el precio.

- Vega Almarana 2001. Hnos. Ortiz Granero, C.B. Vino de la Tierra de Extremadura.
Un vino invisible. Desde el momento en que el líquido toca los labios este se desvanece. Decir corto es quedarse idem. Beber y olvidar simultaneamente.

Interrumpo la programación habitual y en lugar de una nueva entrega de "¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los '80?" os dejo con una canción que viene a mi mente en estas fechas (es que a mi la Navidad como que no...)



Nota: La imagen proviene de la galería de imágenes de FredArmitage en Flickr.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Felices Fiestas!

Que paseis una buena noche y bebaís buenos vinos. Os dejo con unas fotos de esta mañana en el mercado central de Valencia. (La gamba a 35€ el cuarto)

jueves, 18 de diciembre de 2008

Momento Warhol



Adeplús y por el mismo precio podeis ver otro vídeo con la intervención del amigo Iñaki.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Los Siete.

Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia, soberbia.

Todos, en mayor o menor medida soy pecador de los siete y si de alguno no lo soy seguro que estoy en camino. Y lo peor ¡sin arrepentimiento! Como siete pecados este mes han sido siete los vinos, a saber:

- Tierras de Albares 2006. DO Bierzo (5,08 EUR)
Otra muy buena mencía sin maquillaje. Fruta negra muy madura que está escondida detrás del notable toque vegetal y con un agarre en boca que le da una presencia rústica bastante interesante. Tiene personalidad. Estoy dándome cuenta de que estas mencías sin madera le van muy bien a la legumbre invernal. En el caso de hoy unas lentejas. Lo dicho, un mencía muy recomendable con muy buena RCP. Sigo en mi línea de mencías sin madera.

- Cuatro Pasos 2006. Martín Codax. DO Bierzo (6,04 EUR)
Mencía redondeada, como un toro afeitado. Tiene todos los componentes que esperas en un vino hecho con mencía. Frutos negros, toque vegetal y una ligera astringencia, todo ello embutido dentro de una esfera. No sé si merced a cómo se ha vinificado o bien debido al par de meses de madera; de esta última sólo se observa un ligero toque de café al descorchar la botella, de modo que bien por esta parte. En definitiva me ha resultado un vino agradable del que no me importaría beber más botellas.
Como he comentado en anteriores notas de cata parece que la mencía es un buen acompañante de la legumbre, en esta ocasión ha sido buena compañía para un cocido.

- Gaba do Xil Godello 2007. Compañía de Vinos de Telmo Rodriguez. DO Valdeorras (6,83 EUR)
Redondo, redondo. Para importar o exportar dando igual el sentido de la marcha de las cajas. Imposible que no te guste. Improbable que te enamore.

- Colet Blanc de Blancs Extra Brut Traditionnelle. Josep Colet. DO Penedes. (aprox 8 EUR)
Poco tiempo para hacer la comida, estrés, prisa. No hay descanso. No hay tiempo. Necesito un vino que me haga sentir bien, cómodo. Que me haga sentir en casa cuando beba el primer sorbo.
Mmm.... aunque la primera copa mostraba un carbónico más que vivaz desde ahí se ha mostrado tan cremoso como las ocasiones anteriores. Durante el tiempo que ha durado la cocina del marmitako me ha hecho sentir bien. Me acostumbré a decir Gemütlich.

- Heymann-Löwenstein Schieferterrassen 2006. Mosel-Saar-Ruwer (15 EUR)
Hoy no he comido más que un sandwich. Semana laboral larga y agotadora. Por favor, dejadme que tenga mi momento naif del viernes.
No voy a cocinar más que una tortilla francesa con atún de lata, sí, de ese que está de oferta en el supermercado más cercano. ¿Fashion? pues mira no, pero me temo hoy no doy para más. Una alimentará mi cuerpo, el otro alimentará mi alma.
Queso. Cerilla al encenderse. Lata de anchoas. Sólo unos segundos, despues... se llena la boca y te explota la riesling en en los sentidos. Miel, limón y la naranja del roscón. Riesling orondo con dos tallas de más... si no fuera porque se despereza en él un toque de sequedad que corta la línea que lo llevaba al dulzor y que le pone el debido corsé. Muy recomendable.

- Château Bouscassé 2004. AOC Madiran (10,6 EUR)
Conociendo el alto porcentaje de tannat (65% y el resto cabernets, según la página web de la propia bodega) que tiene este vino he considerado adecuado jarrearlo al menos una hora antes de probarlo. Durante el jarreo el vino muestra aromas de lo más amable a fresas maduras, aceitunas, algo de tocino. Esperaba encontrarlo así de amable en boca... ¡zas! Tremenda tanicidad que me deja totalmente noqueado. Algo tremendo. Me ha ganado. Fin del primer round. ¡Pa'bernos matao!
Veamos qué me encuentro al día siguiente. Toda esa tanicidad se ha ensamblado con el resto del vino y ahora le da un giro rústico de lo más atractivo, estando ligado a otros elementos de este vino, como son su firmeza y dureza. Es un vino realmente potente y lo digo en el buen sentido. Los que me conoceis sabeis de lo poco que me gustan los vinos que sacan pecho y son pura potencia a golpe de extracción y grado alcoholico, sin embargo este es... ¿cómo decirlo? Potencia esencial. Es como si este vino fuera así sin pretenderlo, como decía el escorpión: Está en su naturaleza. Esa rusticidad y potencia hace que pasen desapercibidas otras características, porque ahí de fondo tiene una acidez que también es reseñable.
¿Con qué tomarlo? He optado por un choque de trenes. A la potencia, más potencia. Se ha terminado de hacer buen amigo de un plato de manitas de ministro y a la cena unos níscalos cocinados en esa misma salsa.
Recomendable si buscas un vino sin atisbo de sutilidad. Vistas las credenciales con las que se presenta me pregunto como evolucionará. Me puedo equivocar, y es lo más probable, pero creo que tiene lo suficiente para crecer con el tiempo.

- Borsao Selección 2007 Blanco. DO Campo de Borja. (4.3 EUR)
Manzanas, manzanas y más manzanas. Un paso oleoso, con la acidez justa y un deje amargoso que completa el conjunto. Sencillísimo, pero solvente. Buena RCP.

Como veis este mes toca post corto. Lo breve, si breve, dos veces breve. Era así ¿verdad?
En cualquier caso no me voy sin dejaros una nueva entrega de "¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los '80?". Os dejo un vídeo que no es la versión original, pero parece todo un epítome de aquellos tiempos.



Nota: La imagen corresponde a "Los Siete Pecados" de El Bosco.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Volver a ser un niño.

En ocasiones querría volver a ser un niño, a un tiempo en el que el mundo era inocente o en el que quizá los inocentes eramos nosotros. Era un mundo en el que era sencillo distinguir a los buenos de los malos. Los malos eran los indios y los buenos siempre los vaqueros.

Volver a ser un niño para poder tener de nuevo esas miles de primeras veces. La primera vez que vi el mar. Eran las primeras horas de la mañana tras una larga noche de viaje. El sol provocaba incontables reflejos en esa enorme e hipnótica masa azul. No era consciente en mi absoluta inocencia de la magnitud real de aquella inmensidad. Todavía hoy recuerdo las sensaciones de aquella primera vez que vi el mar.

Volver a ser un niño y volver a leer por primera vez esos libros que te acompañaban al merendar. Ser uno más de Los Hijos del Capitán Grant, explorar 20.000 legüas en un viaje submarino, ser un correo del Zar como Miguel Strogoff, tan caballero como Ivanhoe y tan perdido como Robinson Crusoe. Noches en las que el sueño te encuentra escuchando el atormentado y cadencioso paso del Capitán Achab en la cubierta, mientras todos soñamos con encontrar a esa maldita ballena blanca. Una lista casi infinita de primeros libros y primeras aventuras literarias. Libros que nunca se olvidan.

Volver a ser un niño también desde un punto de vista enológico. Esos primeros vinos que consiguieron despertar en ti el interés, que estimularon algún resorte oculto escondido en tu cerebro. Desde esa niñez enológica sólo queda crecer, evolucionar, madurar. ¿Hacia dónde? Eso nunca se sabe. Hay miles de caminos a explorar, miles y miles de vinos a probar. Miles de vinos a beber.
Ese camino que cada uno hace como puede, como todo en la vida. Al principio todo es nuevo. Blancos, tintos, rosados, espumosos, generosos, dulces... toda una panoplia de colores, sabores, olores, formas de vinificación, uvas distintas, paises... ¿Paises? Sí, paises. Antes de llegar a meterte más en este mundo los límites del mundo conocido son Rioja, Ribera del Duero, oyes rumores de Jerez, Francia sólo significa Burdeos y Champagne; y Portugal, que hace Oporto. Y ya está, no existe nada más en el mundo que esos pequeños esbozos. Caminas, lees, bebes, aprendes y el mundo se hace cada vez más y más grande. Más paises, más zonas, más productores. Maravillosamente inabarcable como el mar de mi infancia.

Cuando todo es nuevo, todo te entusiasma; como a un niño pequeño ¿no creeis? Los vinos jóvenes, los que tienen más crianza, algunos grandes reservas tradicionales se cruzan en tu camino y los miras extrañado porque no sabes ni como mirarlos. Probar y probar, beber y beber. Aprender. Aprehender.
Sigo probando todo lo nuevo que puedo, pero con una base más firme que hace que estas pruebas sean mucho más controladas que en un principio. Ya no son pruebas alocadas sin orden ni concierto, si no que son pruebas dirigidas al aprendizaje. Zonas poco exploradas y sobre las que deseas aprender un poquito más, productores a los que quieres tomar la medida, variedades de uva en determinadas vinificaciones. Y entre tanta bebienda, como en la lectura, siempre le haces un hueco a los clásicos. Siempre hay que intentar hacer un hueco a esos vinos que son para ti un valor seguro y para los que siempre encuentras un momento de atención.

Todo esto daba vueltas por mi cabeza cuando un comentario de Miriam actuó como catalizador de estas ideas. ¿Cómo ha evolucionado mi gusto en estos años? Quizá se ha hecho más amplio. Al menos eso quiero pensar. Disfruto igualmente de vinos jóvenes, de vinos con mayor crianza y de vinos en diversas formas de elaboración. Sí es cierto que he aprendido a valorar lo increiblemente complejos que son los vinos blancos. Suelo decir que algunos vinos tintos han conseguido gustarme mucho, pero sólo algún vino blanco me ha conseguido enamorar.
La clave del vino que me gusta está en que intento valorar subjetivamente un vino en lo que es, en su entorno y en lo que pretende. No le pido lo mismo a un vino joven que a uno que haya sido elaborado de otra forma. No le pido lo mismo a unas uvas que a otras, a unos elaboradores que a otros y a unas zonas que a otras.
Puede parecer pretencioso que me cite a mi mismo, pero la vara de medir que se puede utilizar para mi gusto sigue siendo el post con el que me presenté.

Quiero pensar que mi gusto por el vino era en su inicio un enorme pegote de arcilla, que la bebienda ha ido esculpiendo para dar forma a lo que es actualmente. Sin despreciar ningún tipo de elaboración, si no viendola en lo que es y lo que pretende ser. Habrá que seguir bebiendo para seguir formando el gusto.

Aun así, en ocasiones, sigo echando de menos volver a ser un niño.




Nota: Este post ha sido escrito con alguna copa de uno de los vinos más potentes que he podido beber. Potencia esencial y, raro, me ha gustado: Château Bouscassé 2004. Ya os comentaré mis impresiones respecto a este vino en el próximo resumen mensual.

Créditos: La fotografía procede del site de Wili Hybrid en Flickr

lunes, 17 de noviembre de 2008

Un jueves entretenido

El jueves pasado volvimos David y yo a hacer nuestra tradicional visita a Lavinia para tomar algún vino barato para estos tiempos de crisis. Bueno, eso de barato y Lavinia en la misma frase se hace complicado,  dejémoslo en algo no demasiado caro. Tenía ganas de volver a probar el Dido blanco o alguno de los vinos que están haciendo por la Ribera Sacra Rene DSCN3359Barbier Jr. y Sara Pérez en el Dominio do Bibei y parecía esta una buena ocasión para convencer a David de que en España también se hacen buenos vinos, jejeje.  Al final nos decantamos por La Pola 2005, que resultó ser una muy grata sorpresa. Este vino esta elaborado con cepas de entre 15 y 80 años, siendo un 70% Doña Blanca y un 30% Godello. Fermenta en barricas de roble frances (de 1er, 2º y 3er año) de 500 y 600 litros y permanece en ellas 11 meses para posteriormente pasar 18 meses en el botellero (es de agradecer, que no saquen el vino crudo al mercado). Mas información detallada sobre la elaboración en su web.  En la foto saco también el otro "basico" tinto, La Llama, del que hablaré también dentro de poco.

El vino necesita algo de tiempo para abrirse, yo creo que incluso decantarlo podría estar recomendado. Nosotros usamos copas tipo Borgoña y lo bebimos sin prisa, que es otra de las opciones. La nariz es de buena intensidad y fresca y equilibrada, aparecen notas cítricas, florales y mantequillosas, con una buena carga mineral al fondo. Alguna suave nota de anís y clavo parece asomar con aireación. Se nota un buen trabajo con las lías, tanto en nariz como en boca, donde aparece como un vino amplio y con buena estructura, con una acidez magnífica que se une con elegancia a una  ligera untuosidad. Es bastante largo y mineral en su final, incluso me parece detectar una punta salada al entrar en boca que le da mucha originalidad. Se bebe con facilidad y solo de recordarlo ya me entran ganas de abrirme la botella que me llevé a casa. Cuesta 15€ en la ya mencionada tienda, lo que no me parece nada disparatado para la calidad del vino.

También tomamos una copa de Clos Manyetes 2004, siguiendo con otro de los vinos de la familia. La botella llevaba abierta bastantes horas y el vino estaba bien expresivo, aromas característicos de la zona y un paso por boca, con buena tanicidad pero sin excesos y bastante elegante. Un Priorat bastante bien hecho.


Ver mapa más grande

Como estaba solo en casa y la tarde había comenzado bien, le propuse a David ir a cenar a mi casa cualquier cosa, que tenía ganas de abrir algo rico. La botella en cuestión fue un Clos de la Bussiere, 1997, un monopole de George Roumier en Morey Saint Denis. Lo abrimos, servimos un poco en las copas y decantamos el resto mientras nos calentábamos un par de pizzas y curioseábamos por los foros y blogs (que le vamos a hacer, era jueves y ya quedaba poco en la nevera). La verdad es que el vino se mostró muy bien casi desde el principio, si bien la aireación le vino bien a un tanino algo marcado inicialmente. Un vino de estos para enamorarse de la Borgoña, de la Pinot Noir, de su elgancia, equilibrio y de la capacidad que tiene para transmitir su suelo. La nariz es de buena intensidad, aparece una fruta roja en forma de pizza y roumiercerezas, sobre notas de pétalos de rosas, algo de suelo de bosque en una mañana húmeda y con niebla (toma ya! de esas de ir a coger setas, para entendernos), bastante terrosidad, una terrosidad como arcillosa con mucha hoja seca. También da algo de tabaco de liar. No es excesivamente complejo, pero no esta nada mal. Quizás eche algo de menos que fuese algo mas especiado, pero no, aquí domina completamente la tierra de forma franca y directa. En boca esta inmenso, con un tanino vivo, con una acidez magnífica, se muestra sumamente elegante y equilibrado, llenando la boca de esas sensaciones descritas en la nariz, mucha mineralidad y un final largo magnífico. Muy buen vino, adictivo.

Como veis una buena tarde-noche, tan solo un par de vinos, pero de los que te hacen disfrutar.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Un par de Monastrell en catálisis

Casa Castillo y almuvedreEl número de asistentes a los miércoles de catálisis ha vuelto a aumentar y de nuevo estamos con fuerzas para tomar un par de vinos por sesión. Después del interesante Nita de la semana pasada, seguimos en el Mediterráneo, pero nos desplazamos mas hacia el sur, en concreto a Alicante para probar la propuesta en Monastrell joven que nos trae Telmo Rodríguez, el Al Muvedre 2007, y todavía mas al sur hasta Jumilla donde se elabora el Casa Castillo Monastrell 2006. Mi idea era comparar un par de monastrell con estilos bastante distintos, el de Telmo me ha parecido un vino bastante diferente a lo que se hace en la zona, con menos color, supongo que con maceraciones cortas y madurando la uva menos que los vecinos. La nariz del vino se muestra inusual, bastante fresca, con algo de ciruelas, leves notas especiadas y sobretodo una buena carga floral. No obstante se aprecian abundantes notas vegetales que no a todo el mundo agradó. En boca de nuevo aparecen estas notas verdosas, con buena acidez y algo de terrosidad, a mi particularmente no me desagrada y por unos 4€ me parece una buena compra. Aunque creo que es un vino de marcada personalidad y que chocará bastante con los gustos de la gente.

En el grupo no acabó de convencer, sobretodo porque el compañero de mesa fue ese excelente Monastrell de Casa Castillo. Tremendamente frutal en nariz, mucha fruta negra, ciruelas maduras y algo de higos, también da alguna nota láctica de yogur de frutos del bosque, aromas mediterráneos balsámicos y terrosos con aromas florales de violetas al final. Expresivo y agradable, sin empalagar. En boca es goloso con una correcta acidez, se bebe con suma facilidad y el alcohol lo integra muy bien. Muestra una ligera amargosidad al final que no me desagrada. La madera no se nota para nada, me figuro que los 6 meses que pasa en barrica, será madera usada. Muy rico este vino, por unos 8€ da una RCP bastante buena. Otro detalle, la botella y la etiqueta me parecen muy bonitas, elegante presentación y muy acertada para el vino. De las etiquetas que mas me gustan en el mercado. (En la foto esta manchada, perdón por poner etiquetas manchadas, no sabía que hay gente a quien esto molesta). Hubo unanimidad y todos se quedaron con el Casa Castillo, que creo que gustó bastante.

jueves, 6 de noviembre de 2008

El Patrón

Hechos recientes, casi coincidentes en el tiempo y en un hilo argumental que suelo definir como causalidades de la vida me han traido hasta este post.

En un post reciente del amigo Manuel Camblor hubo alguna frase que me dejó pensando acerca del tema que traigo hoy. Hablaba Manuel, a grandes rasgos, del hábito del consumo y que este no es para él un lujo, si no algo consustancial a la vida.
Como quiera que sea, por esas coincidencias de la vida días antes, durante el almuerzo con los compañeros de trabajo, me descubrí a mi mismo pensando en voz alta ante un plato que tenía un aspecto de lo más apetecible. Tras el primer bocado espeté a media voz un rotundo: "Comer esto sin vino me hace sentir profundamente incivilizado...."
Yo soy así, de vez en cuando pienso en voz alta y me miran como si acabase de llegar del Área 51 con el metrobús recien picado.

Ambos hechos inversamente consecutivos me hicieron pensar respecto a este tema. ¿Es para mi el beber algo cotidiano? ¿he cambiado mi patrón de consumo en los últimos años? Ciertamente la respuesta es afirmativa para ambas preguntas.
Cuando comencé a beber vino era un simple consumo ocasional. Como mucho el fin de semana abría alguna botella, algo así como esa conciencia de "ocasión especial". Admitamos que en un número razonablemente significativo de los hogares el consumo se ciñe a esos momentos de celebración. Pues más o menos ese era mi patrón de consumo, Sin embargo, con el tiempo, mi consumo se ha ido incrementando y ahora bebo vino como algo totalmente habitual dentro de mi dieta alimenticia.
Debido a mi trabajo no me queda otra que comer fuera de casa, sin embargo en el almuerzo no bebo vino. Me suelen preguntar por ello los que toman vino, generalmente con Casera, y exclaman sorprendidos "Pero ¿a ti no te gusta el vino?", y suelo responder "Pues por eso mismo... mejor agüa."
Ante este panorama es en los fines de semana y las noches de cualquier día cuando consumo vino. Me resulta ahora algo totalmente natural y razonablemente cotidiano el abrir una botella de vino a poquito que cocine por la noche. Entended también el contexto, si esa noche voy a cenar un sandwich de jamón york y queso mientras veo Anatomía de Grey no abro más que el cartón de leche para el Nesquick posterior; pero si llego con hambre y enciendo la cocina comienzo rápidamente a pensar qué botella sencillita abriré para tomar una copa bien con la cena, bien mientras la preparo y picoteo algo.
Ciertamente en mi periplo de aprendizaje en los últimos años he pasado de consumidor retraidamente ocasional a observar el consumo de vino como un alimento más, que forma parte de nuestra cultura y en ocasiones, como la referida anteriormente, su omisión me hace sentir incivilizado.

Hasta aquí mi historieta para este mes, ahora los vinos:

- A Posteriori. Bodega Josep Colet. DO Penedés. (7 EUR aprox)
Fresas de otoño. Rosas de invierno.
Sin cambios desde la botella anterior. Fruta roja a raudales. Muy vivo y muy fresco. Buen acompañante para distintos entrantes. Degollado en julio de 2007. Buena RCP.

- Domain Jo Pithon. Les Pepinieres 2004. AC Anjou (13.6 EUR)
Fruta de hueso, orejones, algo de miel, un ligero toque de "madera-LdH" y balsámicos. En boca es todo eso con una viva y excelente acidez que lo hace un trago muy estimulante. Con el tiempo aparece una sorprendente nota de hidrocarburos. Aquí, en cata ciega, habría dicho que era Riesling de todas todas.
Al día siguiente sigue en plena forma, y las notas de madera han desaparecido en nariz y transformado en boca, ya que la acidez que el día anterior era relevante ahora está en un segundo plano, escondida tras una cremosidad como pocos vinos de los que he probado.
Excelente. Como decía la planta de la película 'La Tienda de los Horrores': ¡¡¡¡ Daaaaaame !!!!

- Muga Rosado 2007. Bodegas Muga. DOC Rioja (4,84 EUR)
Con mucho la mejor botella de las bebidas este año. Sigue el bajo sonando, acompañado de toda una banda que parece llevar décadas tocando junta y divirtiéndose. De concierto oiga. Este vino no es una novedad, no aparecen referencias aquí y allá continuamente, no se habla gran cosa de él, no obstante está siendo mi rosado preferido de este año.

- Gravonia Crza. 1998. López de Heredia. DOC Rioja (aprox 9 EUR)
Está muy joven. Cada parte lucha con las demás por mostrarse en primer término y se nota en que se muestra como un vino nervioso. Cáscara de naranja y carne de melocotón secados al sol, pomelo, café y las habituales notas de madera marca de la casa. Te bebes copa tras copa sin sentir. Buena RCP y será mejor dentro de unos años.

- Coudoulet de Beaucastel Blanc 2006. Appellation Cotes-Du-Rhone Controlée (20 EUR)
¡No soporto a Julia Roberts! ¿os lo había dicho alguna vez? pues ¡no la soporto! Ya es coincidencia que mientras bebo una copa de este vino aparezca en la televisión el anuncio de una película en la que participa esta (ehem) actriz. Causalidades de la vida. En la copa puedes encontrar todo aquello que puedes esperar de un vino blanco. Una pizca de todo y ni un poco de nada. Abúlicamente redondo. Tan anodino como Julia Roberts. Mala RCP desde luego (me refiero al vino).

- A Priori 2005. Bodega Josep Colet. DO Penedés. (7 EUR aprox)
Degollado en septiembre de 2007. Sigue en plena forma. Disfrutable de principio a fin. Panadería, flores blancas, toque 'rojo', fruta blanca. Me encanta.
Me invento un nuevo concepto, "maridaje por consonante" ;) Le ha ido muy bien este Colet a unas croquetas.

- Patio 2007. Samuel Cano Enológica, S.L. DO La Mancha
"El Gordo de Minnesota se movía como una bailarina"
Esa frase de la excelente película 'El Buscavidas' venía a mi mente al beber este vino.
Vestido con mi traje de los prejuicios este vino no debiera gustarme. Variedades, Syrah y Petit Verdot en igual proporción, en una zona que les resulta ajena. Al caer en la copa se presenta con una capa oscura que afianza mis prejuicios latentes. Al carajo, ¡este vino es como El Gordo de Minnesota! Mermelada de frambuesas, pero no es mermeladesco. Ligero en paso. Toque vegetal y fruta negra. Firme, duro, rugoso. Café en grano. Retro de canela infusionada en leche. Me gusta. Ha acompañado bien tanto una menestra de verdura como una tortilla de patata.

- Luciano Sandrone Dolcetto d'Alba 2006. Azienda Agricola Sandrone. DO Piamonte.(12 EUR)
Llevaba tiempo sin beber un Dolcetto y ya iba siendo hora.
Fresas y más fresas en sazón con un paso rugoso y acidez. Lo malo es que están cada uno por su lado. Le falta algo para ser un vino que me apetezca beber más. Entendedme, no es un vino desintegrado, pero tampoco está integrado. Es un sí, pero no. ¿Qué es lo que le falta? Pues la comida. Con la comida este vino es donde se integra a la perfección y te apetece beber más y más. Es en la mesa donde realmente se despereza. Ha acompañado muy bien una lengüa de ternera estofada con verduras.
Sin comida no merecía mucho la pena, con ella ha mostrado que sí tiene buena RCP y que es un vino a tener en la recámara si tienes ganas de Dolcetto.

- Beryna 2006. Bodega Bernabé Navarro. DO Alicante (9.15 EUR)
Tenía este vino en la lista de "pendientes" desde hacía años y ya era hora de formarme una opinión propia al respecto e intentando prejuzgarlo lo menos posible en sentido alguno.
Oscuro en la copa. Mermelada de moras, balsámicos, piel de ciruela negra y por detrás un ligero toque tostado que tampoco molesta demasiado. Aparecen también notas de verdor. No tengo idea de si este vino lleva Cabernet Sauvignon, pero me recuerda a los que he probado con esta uva y no terminaba de estar maduro.
Pese a tomarlo a muy baja temperatura el alcohol golpea con todo y dos copas ya se notan, no obstante el paso en boca es ligero. Me ha parecido un vino que está razonablemente bien, aunque no es del estilo de vinos que me gustan.

El vídeo que he traido hoy para la sección "¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los '80?" es de esas que recuerdo como una tonadilla continua durante un buena parte de mi muy lejana infancia. Todavía hoy la oigo canturrear a mis padres cuando están haciendo alguna labor casera como limpiar el pescado, fregar los cacharros, etc.




Nota: La fotografía que nos recuerda un histograma con mi patrón de consumo se corresponde con el Dedo de Deus-Teresópolis y podeis encontrar la fotografía original en flickr, perteneciendo la misma a Rodrigo Schneider

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Dos vinos interesantes por unos 10€

Volviendo un poco a la tématica del blog de vinos asequibles a buen precio aquí vengo con esta pequeña entrega con dos interesantes vinos que he bebido esta semana. Comencemos con el blanco.

A. et P. de Villaine Bouzeron Aligoté 2006. Este vino me lo trajo el amigo SV de su viaje por la Borgoña y tiene un precio de unos 7€ allí. En Madrid lo podeis encontrar por unos pagables 14 € en La Fisna. La Aligoté es una uva de “mala fama” en la Borgoña, antiguamente había bastante más viñedo de esta variedad, pero se ha ido sustituyendo por la Chardonnay. Por lo general los vinos de Aligoté suelen ser vinos sencillos, bastante planos en nariz y sin muchas complicaciones que en Francia suelen acabar mezclados con jarabe de cassis para formar el popular kir. Los de Villaine han decidido esforzarse en elaborar un Aligoté digno en la localidad de Bouzeron, empleando las viñas mas calcáreas y en pendiente, como podemos ver en esta detallada entrada de SV. Si no me equivoco en anteriores añadas la palabra Aligoté venía en la etiqueta principal, ahora hay que irse a la contra-etiqueta para saber con qué variedad esta elaborado el vino. Y es que supongo que la mala fama de la uva será un lastre importante.

El vino se presenta con un color amarillo pajizo bastante pálido, algo tímido en nariz, donde se aprecian notas de bollería y mantequilla, al rato se va abriendo y sale una fruta bastante fresca, manzana verde y alguna punta cítrica de fondo. Deja algún destello floral y mucha mineralidad que se confirma en boca. Tremendamente calcáreo, con buena acidez y untuoso pero sin empalagar, me parece notar incluso alguna curiosa punta salina. Final muy correcto ligeramente amargoso y mineral. Me ha gustado mucho, por el precio que tiene ofrece muy buena calidad. Sin duda repetiré.

El tinto lo hemos tomado hoy mismo en los miércoles de catálisis, de los que hacía tiempo que no informaba. Se trata del Nita 2007 de Meritxell Pallejà, un vino del Priorat, sin paso por madera y que ya el año pasado me pareció bastante interesante. Es un coupage de Garnacha, Cariñena, Syrah y Cabernet Sauvignon, elaborados según procedimientos biodinámicas. Viene en una bonita botella y ofrece en la copa un color rojo picota granatoso de media capa y densa lágrima. Al vino no le viene mal un poco de aireación para abrir una nariz algo hermética al principio. Cuando comienza a mostrarse salen unas flores en primer plano que le dan mucha alegría, sobretodo lilas y violetas, por debajo hay una fruta roja bastante fresca, un poco de monte mediterráneo y algún recuerdo como a carne cruda con algo de pimienta por encima.
En boca muy agradable, un tanino dulce frutal, alcohol bien integrado y una acidez bastante buena lo convierten en un buen vino para acompañar la comida.
Repetiré. El precio no esta mal, teniendo en cuenta que es Priorat, (11.5€ en Lavinia) aunque para ser un vino joven quizás sea algo caro, en todo caso se mantiene “pagable” y es un vino bien disfrutable.


Cambiando de tema, he modificado un poco el aspecto visual del blog. Más o menos cumple un añito y tocaba un pequeño lavado de cara. El espacio para el texto siempre me ha parecido muy estrecho y Jose se dio cuenta de que había plantillas mas anchas, así que hemos decidido cambiarlo. Espero que os guste.


domingo, 2 de noviembre de 2008

Tres vinos con personalidad

Ha sido un fin de semana de muy buenos vinos en buena compañía que me va a dar material para escribir bastantes entradas en el blog, sobretodo el de la Peña El Sarmiento. Pero quiero comenzar con una fantástica cena en mi casa y en la grata compañía de Pedro Carroquino y Tuija, porque los vinos que bebimos, me parecieron sensacionales. Vinos que se apartan un tanto de las modas y que conservan un carácter y una personalidad propios y que acompañan a una cena de este tipo de maravilla. La comida la aportó Tuija, recién aterrizada de Finlandia y consistió en unos entrantes de pepinillos, huevas de salmón y smetana, una especie de queso fresco. Posteriormente comimos unas setas recién recolectadas en los bosques de Finlandia, parecidas a las chantarellas, pero con el sombrero oscuro. Y un salmón ahumado realmente delicioso, servido caliente y con unos aromas tostados a madera realmente curiosos. Despuesalgun chupito de vodka finés abrimos el primer vino de la noche, un Côtesdu Jura de Stéphane Tissot, de "Les argiles du Lias" 2006. El vino de un color pajizo bastante pálido comienza asustando un poco con notas de madera y mantequillosas, pero podemos calmarnos, poco a poco se suavizan y el vino comienza a abrirse, dando paso a una mineralidad bastante marcada en primer plano, algunas notas de flores blancas y una fruta de corte cítrico que refresca esa mantequillosidad del principio. En boca es ligeramente untoso, con muy buena acidez y de nuevo esa mineralidad bien marcada que queda en un final de buena presistencia. Muy rico y agradable de beber, un vino que en todo momento va a más y que creo que mejorará con algo de botella.
Pedro me había comentado que no conocía los Beaujolais, así que uno de los vinos que tenía bien claro abrir era algún Morgon de calidad, este de Marcel Lapierre fue el primero que me encontré al bajar a la bodega y me pareció un buen ejemplo, además quería ver como andaba el 2006, del que tengo mas botellas. Con su tipicomutitud de frutos rojos como fresas y frambuesas, algo de piruleta, pétalos de rosas, alguna nota metálica al fondo y bastante piedra. El vino ha ganado bastante intensidad desde la última vez que lo probé, mas maduro y ha sacado mas frambuesas, de momento no se ha cerrado. El paso por boca es sumamente agradable y elegante, con ligereza demuestra una muy buena acidez, un tanino suave, recuerdos frutales y un final bastante largo y mineral. Una delicia de vino que acompañó de maravilla a las setas y al salmón.
Llegaba el postre, unos "arándanos del pantano" congelados (y recogidos también cuando las temperaturas bajan de los 0ºC) en una sopa de tofe templada. Complicado postre, con una acidez marcada de los arándanos y el dulzor del caramelo. Pero lo de congelado me recordó al eiswein y para abajo que me fui a buscar una botellita del eiswein de Barzen 2004 que guardaba. Temía poder encontrarme un vino hermético y muy cerrado, pero no. Con un color amarillo bastante intenso y brillante se mostraba un vino muy expresivo, cargando una buena dosis de hidrocarburos en primer plano. Sorprendente para un vino con solo 4 años. También nos enseña una segunda capa de fruta madura como albaricoques combinada con notas cítricas de cáscara de naranja y pomelo. Las flores hacen su aparición al rato otorgando mas profundiad a la nariz junto con alguna nota mielosa. En boca es un disfrute, el vino se bebe de maravilla, el azúcar residualse color rojo frambuesa madura, de media capa. En nariz comienza algo cerrado, poco a poco asoman combina con una acidez que le da mucha frescura en boca, equilibrio sería la palabra. Buen final ligeramente amargoso y mineral. No te cansas de él. Se comportó muy bien con el complicado postre.
Lo dicho, tres vinos sin aspiraciones a ser los mejores vinos del mundo, pero que con su sencillez y su marcada personalidad, proporcionan grandes satisfacciones al alcance de todos los públicos (excepto el eiswein, aunque éste no tiene un precio exajerado para lo que es habitual en estos vinos).

lunes, 20 de octubre de 2008

Presentación Peñín 2009

El pasado jueves 16 de octubre se celebró en el palco de honor del estadio Santiago Bernabeu la presentación de los vinos >94 puntos de la guía Peñin 2009. Sin que sirva de precedente, por ahi va una foto del estadio madridista que me pareció un lugar muy adecuado para este tipo de evento. Buena temperatura, iluminación correcta, espacioso y bien atendido. Las copas Riedel Chianti, perfectas para estos actos. Lo malo, que hubo momentos en que escaseaban y tenías que vigilar para conservar la tuya. El único fallo que le pongo a la organización.

Llegamos sobre las 12 y media, con un buen almuerzo previo, para aguantar la jornada. Comenzamos saludando al amigo Jesús Barquín y probando las dos nuevas botas del Equipo Navazos, la de fino 15 y la de oloroso 14. La verdad, es que después de la 14, ya podía haberme marchado, puesto que difícilmente podría superar un vino así. Un vino radical, sería la mejor forma de definirlo, un oloroso muy viejo con una nariz de muy buena complejidad y una boca INMENSA que rompe esquemas. Solo puedo decir una cosa, ¡hay que probarla!

Comenzamos haciendo un recorrido de blancos que demostraron un nivel bastante bueno. Del Montsant llegaba un rico Dido blanco 2007. Un vino de macabeo y garnacha blanca, que mostraba una buena fruta madura, pero sin cansar, manteniéndose en todo momento fresco y muy agradable, buena mineralidad y madera apenas perceptible.
Seguimos con un vino que me alegró la mañana, el As Sortes, un vino, que hasta la fecha me tenía indeciso, mostraba una buena uva, pero la carga de madera se me hacía muy pesada. Pues este 2007, cambia, se vuelve mucho más puro y enfocado, tremendamente mineral, con una madera apenas perceptible y una estructura muy buena, ha conseguido transmitir muy bien hasta donde puede llegar un vino de Valdeorras. Olé por Rafael Palacios, además hablando con él ha demostrado muy buen criterio y muy buenas ideas, a seguir por ahí. Otros dos interesantes godellos de Valdeorras fueron los de Godeval. Mejor el que pasaba por las lías, ya que el clásico, creo que debe de estar falto de botella, ya que muestra una acidez muy desbocada que casi molesta (ya tiene que ser elevada para que yo me queje). Nos saltamos todos los blancos secos del stand de Ordóñez ya conocidos y no muy de mi agrado. Probamos un Chivite colección 125 Chardonnay agradable e interesante, aunque sigo pensando que demasiado caro para lo que da. Otro vino que pienso que ha mejorado en esta última añada ha sido el Capellanía de Murrieta. Lo veo bastante menos pasado de madera que en otros años, aunque ahora mismo planito en nariz y es que hacer un 100% viura... pues tampoco da mucho de si. Eso si, en boca muestra una buena estructura y pide a gritos ser abandonado en la botella una temporada. Algún esperpento de vino si que probamos, como el Enate Uno. No se si decir algo sobre este vino excesivo en todo, no solo en el precio. Daba la sensación de estar tragando concentrado de roble. Puede que sea una buena estrategia comercial (de eso no tengo ni idea), pero como vino, me resulta horroroso.

En tintos... no se que decir, cada año veo peor la cosa... Comenzamos valientes probando lo que teníamos alrededor, el Flor de Pingus 2006 no andaba mal, sin decir gran cosa, pero no ofendía (este año no hubo Pingus a go-go y ninguna de las veces que pasamos por delante tenían la botella abierta). Pero me dio por probar el Trasnocho... ahí mis dientes casi saltan de la boca y salen corriendo. Como si te golpeasen con un bate de baseball en la boca. Por suerte, el siguiente experimento salió bien. Paramos delante del stand de Ferrer Bobet y probamos una cariñena fresca y bonita, con buena mineralidad, sin hacerse pesada, huyendo de sobremaduraciones y maderas abusivas han conseguido hacer un vino realmente agradable con este Selecció Especial 2005. Pulido y frutal en el paso por boca, se podría beber perfectamente la botella entera en una cena en pareja, cosa no muy común en la zona. Además mantuvimos una conversación muy agradable e interesante con Sergi y Raül , veremos si todos esos proyectos que tienen entre manos acaban dando resultados tan interesantes como esta cariñena. Siguiendo en el Priorat, con René Barbier probamos el Clos Nelin 2006, vino que me suele gustar mucho, pero que en este caso estaba bastante cerrado, pero agradable, El Clos Mogador 2005, elegante y bien trabajado, para mi, de los mejores de la zona. L'Espectacle 2005, a pesar de ser decantado nosecuanto tiempo, seguía cerrado en nariz, pero agradable, sobretodo en boca donde mostraba muy buena fruta, un tanino suave y buena acidez, no esta nada mal esta garnacha (el precio, seguramente mejor no saberlo). Finca Dofí 2006, demasiado agresivo, no me gustó, L’Ermita estaba en un armario guardada y no la probamos, tampoco la buscamos demasiado). Como tampoco me agradó el Villa de Corullón 2005 de la mesa de al lado, tremendamente duro y maquillado por unos tostados que no dejaban ver ni un atisbo de la mencía. Mucho mejor ejemplo de una mencía en el Ultreia St. Jaques 2007 y es que sigo diciendo que la mejor mencía, la que no lleva madera. El Ultreia de Valtuille 2005, también tenía una buena carga de madera, pero si que dejaba adivinar sus orígenes, quizás con mas botella...

En Vega Sicilia el Alión y el Valbuena, que no me acabaron de convencer, sobretodo el Alión que daba unas notas de lata de anchoas no muy agradables. El Reserva Especial 90-94-96, mostraba muy buenas maneras, pero esta claro que no es ahora el momento de juzgar un vino así. Probé algunas cosas más de Ribera del Duero, pero no puedo decir que nada me resultase muy agradable, así que por no ser muy malo, mejor me ahorro comentarios. Atauta tenía muchos puntos en la mesa, pero no se, deben de ser vinos que no hablan mi idioma, porque no entendí nada de lo que me ponían en la copa.

Artadi Pagos viejos 2006 interesante, lo veo un pelín por debajo del 2005 que tanto me gustó el año pasado y El Pisón 2006, sin embargo lo veo mejor que el año pasado mostrando buenas maneras (aunque es difícil catar vinos tan crudos, como el Sequé, que estaba ahí, pero imposible de valorar por lo falto de botella que andaba). Sigo quedándome con el Pagos Viejos. Pujanza no lo probé, por mi reciente visita a la bodega (tengo pendiente el report de ese viaje). El Castillo de Ygay rva especial 2000, también se mostraba bien, para ser un bebé. El Dalmau me lo salté...

Sorprendente la Touriga con Syrah de Victor de la Serna, muy floral y con una boca comedida y agradable (no así el Finca Sandoval, que casi me resulta todo lo contrario) El dulce de vendimia tardía de Syrah con Moscatel, tenía una nariz muy interesante y resultaba tremendamente agradable y original. Había también una cabernet franc del Penedes que estaba bastante rica, mineral y con un paso por boca agradable, Pardas se llamaba la bodega. El que más me gustó fue el básico y tras ver que los tintos estaban bastante correctos, probamos el Xarello FB, que también resulto muy interesante, de corte mineral y con la madera bien integrada. En Castillo de Monjardin, probamos La Esencia de Monjardin muy rica, ese chardonnay de vendimia tardía les ha quedado muy bueno. Sin embargo, el Chivite rosado me resultó una gran decepción, muy corto en nariz y bastante aburrido, sobretodo para ese precio que tiene. Lo mejor del salón estaba por llegar. Cinco mesas reservadas para el último momento, además sin saturaciones y con explicaciones todo lo detalladas que quisieses por parte de gente como Eduardo Ojeda o Jesús Barquín. En Valdespino, Eduardo nos hizo un recorrido por sus VOS y VORS secos. Destacar el oloroso Solera 1842, un vino para cautivar e introducir a la gente en el maravilloso mundo de los vinos generosos andaluces, donde el cabeceo con PX se ha realizado de manera magistral, mostrando un equilibrio y una amabilidad en boca muy destacable. El Palo Cortado Cardenal y el Amontillado Coliseo son dos magníficos vinos, que deberían de estar en nuestras casas siempre disponibles para momentos de relajación y disfrute. En Barbadillo probamos la Manzanilla en Rama, que viene a gran nivel, como siempre (este vino es el que me hizo descubrir en su momento lo increíblemente bueno que puede llegar a ser una manzanilla, si no es castrada previamente). La Reliquia de Barbadillo, en su versión de amontillado, simplemente sublime, acompañó de maravilla a ese jamón que cortaban. Pasamos un rato muy agradable en la mesa de Pérez Barquero. Esta bodega muestra un muy buen nivel y una RCP muy buena en gama Gran Barquero (delicioso oloroso y amontillado). Pero tiene un PX de estos que enamoran, La Cañada, equilibrado y fresco. Acabé la visita al salón con un PX 1830 de Alvear, vino sublime del que hay que aprovechar toda oportunidad de probarlo, los PX viejos son uno de los mejores placeres que puede uno encontrarse embotellados y éste de Alvear puede que sea uno de los mejores ejemplos. Después de estos vinos, preferí no probar nada más y marcharme con el buen sabor de boca de nuestros vinos más característicos.

Sobre puntos y guías ya ha hablado mi compañero Jose en este enlace, así que me ahorro más comentarios.

domingo, 19 de octubre de 2008

... y que Dios reconozca a los suyos.

Llega esa temporada del año en que las editoriales ponen en las tiendas la edición anual de las distintas RVF, Gault Millau, Peñín, Guía Gourmets, etc. La que no está ya en las tiendas poco le falta. ¿Qué tipo de libros son? Lo sabeis: Guías. Perdón, quería decir "Guías".

El qué pretenden y son las guías es un tema complejo por la cantidad de intereses implicados. No niego que me parecen útiles como herramienta de búsqueda, como un repositorio de información con listados de vinos y bodegas. Nada más, sólo eso. Hay otras formas de obtener la información, pero puede resultar comprensible el que a alguien le apetezca tenerlo en este otro soporte.
El problema, a mi juicio, es la diferencia existente entre lo que ellas quieren ser y el cómo son percibidas por sus lectores y compradores. Hay usuarios que en su comienzo en este mundo del vino las compran como punto de partida, buscando un kilómetro cero desde el cual comenzar. Conceptos a aprender y unos vinos a beber que presuponen como básicos. Otros usuarios sencillamente las coleccionan. Otros buscan el que algún gurú (o varios) certifiquen su gusto, intentando que no exista demasiado diferencial entre el propio y el de estos. Otros usuarios intentan planificar sus compras y existencias de bodega en base a estas guías. Seguro que hay otro tipo de usuarios finales, si bien en este momento no se me ocurren.

Sabeis los que me leeis y conoceis que no suelo andarme con medias tintas en mis opiniones. Puedo estar equivocado, y de hecho suele estarlo en la mayoría de las ocasiones, pero para que así lo acepte me lo tienen que mostrar y demostrar. De modo que todo aquel que quiera hacerme ver otra forma de observar las guías le escucharé y leeré, pero que nadie intercale en sus palabras la frase "de gustos no hay nada escrito" ¿ok? Hay demasiados intereses creados entorno a las guías como para que acepte ese aserto tan reduccionista y no tan inocuo como parece pretender en primera lectura.

Las guías no son objetivas. Yo tampoco lo soy. La diferencia está en que ellos venden objetividad, si bien lo hacen por ausencia de afirmación de la misma; lo cual tiene su güasa teniendo en cuenta los intereses comerciales provenientes de la venta de las mismas, publicidad, exportaciones/importaciones, etc. A esto hay que añadir el efecto colateralmente bastardo de los puntos. En distintas partes de la cadena de montaje industrializante de los vinos hay elementos que utilizan los puntos otorgados por tal o cual gurú para incrementar el precio de los vinos. ¿Es esto correcto? Ni sí, ni no, es sólo cuestión de economía de mercado. Algo aséptico en un principio, pero teniendo en cuenta los anteriomente esbozados intereses económicos, pues permítame amable lector que observe el paisaje con desconfianza. Ceja arqueada, en la mano izquierda una copa de vino y en la derecha la navaja barbera. Por si acaso.

Después vienen los "¡válgame Dios!" cuando algunos usuarios ven que sus vinos preferidos no obtienen los puntos que ellos esperaban, distribuidores y vendedores observan que sus apuestas no obtienen la bendición de esos puntos y algunas bodegas tampoco obtienen los puntos y promoción que habrían esperado...¿Qué ocurre cuando se pierde el favor del emperador?

Quizá existan guías y escritores de idem que merezcan la pena, pero hay tantas cosas que leer y tanto vino que beber que no me merece la pena el esfuerzo, el tiempo y el dinero que habría que emplear en ello. Quiero, no obstante, explicitar que esta particular diatriba mia no va contra ninguna guía concreta, si no contra el concepto mismo que estas representan. Creo en lo más íntimo de mi, que si tuviera que comprar una guía de vino escogería 'Historia de la Belleza' de Umberto Eco. De este modo, y hasta que observe lo contrario, guías buenas: ninguna. Eliminemos todas de nuestras bibliotecas (quien las tenga) y que Dios reconozca a los suyos.

No sé que mecanismo mental hace que este tema me traiga a la memoria este vídeo.



Nota: La imagen correspondiente a la película 'Los Diez Mandamientos' proviene de
http://trouble.philadelphiaweekly.com/

miércoles, 15 de octubre de 2008

IEC#12 Un vino de el otoño

Nada mas ver la bonita propuesta de Joan sobre los vinos de otoño, me vino a la mente una zona, Beaujolais. Los buenos vinos de esta muchas veces menospreciada zona francesa me parecen perfectos para iniciar el otoño. Ya comenté que soy una persona bastante estacional en lo que al consumo del vino se refiere. Pocos tintos abro en los calurosos días de verano. Así que en cuanto comienza esta estación de hojas secas, vientos y lluvias, uno de los mejores vinos para iniciar esta transición son los vinos provenientes de cualquiera de los crus de Beaujolais. Lamentablemente la disponibilidad de estos vinos aquí en España es bastante limitada y aunque son botellas relativamente baratas, las que tengo en casa me las valoro tanto o más que muchas de precio más elevado. Además este es uno de los vinos que tanto a mi novia como a mi nos encantan. Tenía pensado abrir uno de los pocos que me quedan de Dominique Piron, pero justo un amigo me dio una botella de otro vino de la zona, aunque embotellado como vin de table. Se trataba de Els Ganivets, de Domaine Jambon. El vino, sin estar mal, no me pareció muy representativo de la zona. Y como he dicho, a mi novia le encantan los Bojos y se ha marchado de viaje, así que queda prohibido beber uno en su ausencia.

Total, que he rectificado sobre la marcha y me he ido al otro tipo de vinos que me gustan en otoño. Solo hay que irse 140 km al norte para llegar a la Côte de Nuits. Estos vinos con esas notas de flores secas y de sotobosque que en ocasiones muestran, se me hacen muy apetecibles en otoño. Además, son vinos que suelen combinar bastante bien con la joya culinaria del otoño, ¡las setas! El jueves y el viernes pasado tomé un par de vinos de Chambolle-Musigny, bastante interesantes. Primero fue el de Pacalet, un 2004, que aparecía color rojo cereza de capa media-baja, algo turbio. Conviene darle algo de aire para que se exprese plenamente y así nos muestre una nariz muy bonita, fruta roja fresca, muchas sensaciones florales, como meter la nariz en una copa de pétalos de rosas. Con el tiempo aflora una buena carga de especias como el clavo, la canela, nuez moscada. Completa el conjunto una buena mineralidad y unos suaves tonos ahumados al fondo. El paso por boca no se queda atrás, mostrando el vino una muy buena expresión frutal, buena acidez y un recorrido amplio, dejando un final bastante largo y especiado en retronasal. Realmente un vino muy agradable de beber y de los que “se acaban demasiado deprisa”.

Al día siguiente tomé una copa de otro Chambolle-Musigny, misma añada pero distinto productor, en este caso Alain Burguet. Este elaborador, aun llevando a cabo un cultivo ecológico y evitando completamente el uso de aditivos, al igual que Pacalet, nos presenta un vino completamente distinto. Ya el color se muestra con tonalidades más oscuras y más subido de capa. En nariz esta bastante más cerrado que el de Pacalet, la fruta más discreta y madura, debe de tener un paso por la madera mas intenso, ya que muestra bastantes notas tostadas y ahumadas. Sin embargo, poco a poco asoman unas interesantes notas de rosas secas y ese sotobosque otoñal del que hablaba antes. También da notas de tabaco y bastante terrosidad. En boca muestra buena estructura, con una cereza que salta al primer plano de manera algo sorprendente, la acidez muy correcta y un final largo dejando el recuerdo de esas flores secas.
Los dos vinos me gustaron. Comparando y volviendo al tema de esta convocatoria de IEC, diría que el de Pacalet es mas primaveral y el de Burguet mas otoñal, dos estaciones parecidas en la forma, pero de muy distintas tonalidades, no se si me explico.

PD. Viendo la contra del de Pacalet veo que tiene puesta una fórmula de la energía cinética, Ec=1/2 mv^2, ¿alguien tiene idea de que pinta esa fórmula ahí? No me he fijado si en el resto de los vinos está.

lunes, 6 de octubre de 2008

Tres Meursault y un wine-bar

Por la más pura casualidad esta semana he probado 3 distintos vinos de Mersault, así que aprovecho para reunirlos en este post y de paso recomiendo un nuevo sitio disponible en Valencia y que sin duda proporcionará momentos de placer a los enochalados de la ciudad.

La historia comienza el miércoles pasado en Lavinia, cuando nos juntamos David (un compañero de la Peña El Sarmiento) y yo para tomar un vino. Tras unos devaneos acabamos decantándonos por el Meursault de Philipe Pacalet 2005, después de unas buenas experiencias con sus Saint Aubin. El vino resultó realmente agradable, un vino que hoy por hoy se muestra muy frutal, abierto y agradable. La mineralidad comienza en segundo plano, pero poco a poco, con aireación va tomando protagonismo, de todos modos la carga frutal del vino es tan potente que siempre se muestra dominante. La fruta sería de corte ácido, citricos y piña madura. También da notas florales y mantequillosas. En boca confirma las sensaciones de la nariz, muchisima fruta madura, una acidez que aligera el gran peso en boca que tiene este vino. Es bastante largo. La madera no se percibe en ningún momento. Supongo que si que tendrá una crianza en barrica, pero por mas que he buscado no he encontrado gran cosa sobre las crianzas de Pacalet, creo que anda por los 10 meses y mezcla barricas usadas y nuevas.

Por comparar, tomamos una copa de un Meursault de Jobbard que tenían abierto, Les Tillets 2004. Según parece la botella llevaba abierta un par de días y conservada al vacío en la nevera. El vino debe de estar en una fase de cerrazón, ya que aparecía algo plano, solamente sobresalían unas notas mantequillosas y de madera sobre un fondo de pedernal, pero la fruta estaba completamente ausente. En boca tenía buena estructura, con una acidez muy bien definida, aunque de nuevo la madera se hacía notar. Discutimos largo y tendido sobre los dos vinos. Ya que ambos vinos eran completamente distintos, pese a ser del mismo pueblo y uva. ¿Qué es un Meursault? ¿Cómo debe de ser un Meursault? En fin, pocos he bebido y por ello no puedo decir gran cosa. No obstante, uno de los mejores vinos blancos que he bebido hasta la fecha, fue un Meursault de Roulot, Les Luchets 1995, por eso creo que a este vino de Jobard, habría que esperarlo unos cuantos años y volver a evaluar entonces. Todavía no conozco los Coche-Dury ni los Comtes Lafon, ya les llegará su turno.


Un par de días después, quedo con un amigo en Valencia para visitar el nuevo wine-bar de Juan Ferrer, y casi por accidente, acabamos bebiendo otro Meursault jovencillo, en este caso el Seve Du Clos 2005 de Arnaud Ente (según leo por todos sitios, el protegido de Coche-Dury). Un vino clasificado como village pero de una viña muy vieja y que da apenas para unas cuantas botellas (como bien presume la etiqueta). Este vino debería ser abandonados unos cuantos años para ver como evoluciona, ya que de nuevo estaba ante un vino en el que la madera esta bastante presente. No obstante presenta una nariz bastante compleja, con notas cítricas y de fruta de hueso, combinadas con aromas herbáceos frescos, notas mantequillosas, leves toques florales, y mineralidad. Pero ahí al fondo aparecen de nuevo unas notas tostadas y vainillosas, que ahora mismo despistan demasiado y dominan en exceso. ¿Se integrará? En boca tiene una tremenda acidez, mucho nervio y una mineralidad que intenta sobresalir por encima de la crianza, aquí con más éxito que en nariz, es bastante largo, con un posgusto amargoso y calizo bastante interesante.

Si volviese a encontrarme con alguno de estos tres vinos en alguna carta de un restaurante, sin duda me iría a por el de Pacalet, un vino que proporciona mucho placer, desde el mismo descorche de la botella. Pero de cara a guardarlo unos años en mi casa, posiblemente apostaría por el de Jobard. El de Ente promete, pero es tan caro...

Sobre el local de Juan Ferrer, comentar que me ha parecido una gran idea desde el momento mismo en que me contó el proyecto que tenía en mente. Y una vez vista la puesta en escena, he de reconocer que ha sido realizado con mucho éxito. Me parece un tipo de local que debería estar presente en todas las ciudades. Se puede beber por copas cualquier cosa de la lista, los precios son bastante adecuados (precio tienda +10€, cueste lo que cueste la botella). La lista de vinos, muy interesante, sobretodo en el apartado champagnes.
Debo destacar el apartado barra. Porque es donde suelen fallar otros locales similares. En este caso es amplia y cómoda, se puede cenar perfectamente en ella o simplemente tomar un champancito.
Apenas comimos un par de cosas, pero estaban deliciosas. Las vieiras muy buenas y una ensalada de tomates (con sabor a tomate) y atún.
Las copas... son las diseñadas por el propio Juan Ferrer. Hay algunas muy interesantes, la de borgoña que usamos me gustó. Pero ojo si tienes la nariz grande (mi caso) porque hay algún modelo no apto para narigudos.
Lo dicho, un sitio muy interesante para todo enochalado. No pongo lo que pagamos, porque fue prácticamente vino y eso ya depende de cada uno. La comida, de todos modos, tiene unos precios razonables.

Se encuentra localizado en pleno centro de Valencia, detrás de la catedral, en una plaza tranquila y con encanto.

Enopata Wine-Bar

Plaza del Arzobispo, 5

Tlf. 96 325 91 50

www.enopata.com


De nuevo me despistó una vez más del objetivo de este blog... menos mal que esta Jose por aquí. De todas formas he vuelto a activar el modo “busca y captura” y me he puesto otra vez a comprar vinos de menos de 10€ un poco a ciegas para ver si encuentro cosas interesantes, ya iré informando.