sábado, 26 de septiembre de 2009

Tous les garçons et les filles...

...de mon âge savent bien ce que c'est d'être heureux et les yeux dans les yeux, et la main dans la main.

Así es el comienzo de una canción francesa que yo malcantaba de niño. Ya ve usted, amable lector, que con seis años salió romanticón el crio y en lugar de cantar el anodino y letárgico Frère Jacques, me dio por Françoise Hardy.



Me apetecía hacer mi particular Tres Colores en forma de vinos, de modo que ahí voy, con un vino de cada color.

Comenzamos con un vino rosado para los últimos coletazos del verano que, como siempre, ha sido el más caluroso de los que se recuerdan (¡tenemos memoria de pez!). El vino en cuestión es el Domaine des Baumard 2006; un rosado del Loira, que nos trae frutas rojas, parafina para velas, cáscara de melon y piel de uva tinta. Muy sencillo y muy agradable, sin notas discordantes, que le han permitido acompañar igual de bien un bocadillo de chorizo (ya lo digo yo, ¡¡¡¡¡ qué bajón de glamour por Dios !!!!! ), tostadas de chutney de higos con queso de cabra, sobrasada a la plancha con hierbas provenzales, etc. Muy versatil por los 5-6 EUR que costó.

Como quiera que el mes avanza y las temperaturas comienzan a suavizarse se vuelve posible el ingerir alimentos más consistentes que aquellos que suelo consumir en verano. Vuelve a mi dieta alguna carne más consistente y para ella el instinto te hace descorchar algún vino tinto. Encontré esta botella en un rincón de saldos y, alma sensible como soy, no pude evitar traerla a casa. Se trataba de una botella de Domaine Combier Crozes-Hermitage 2005. Lo que este vino nos ofrecía para acompañar la carne era fruta negra en sazón, un toque especiado, ¿humo lejano?. Al principio tenía unos toques vegetales que me dejaron algo desconcertado, si bien dejando respirar al vino todo se redondea para dar un vino muy amable. No estaba mal para los 15 EUR aproximadamente que vino a costar.

Por último el vino blanco. Cansado como estaba me apetecía algo sencillo en la cocina y recordé que tenía atún en la nevera, aunque me faltaba algún ingrediente para el marinado, concretamente el limón. Uy, pues no había limón en la tienda. Ni lima. Bueno, pues una naranja tendría que valer, al fin y al cabo era la acidez cítrica la que necesitaba para el marinado. Pues venga, soja, zumo de media naranja, un diente de ajo fileteado y un trozo de raíz de genjibre cortada del mismo modo. Cuarenta minutos de marinado del filete de atún y tratamiento de plancha muy fuerte le han dado un aspecto excelente, con el interior sonrosado. Muy jugoso.
En el tiempo que estaba marinando el atún se me ha ocurrido aprovechar la media naranja. He tostado pan, sobre este láminas de huevas de bacalao y sobre este un gajo de naranja. Oigan, ¿saben que hay veces que mi neurona sirve para algo útil?, porque este invento está bien rico y me lo apunto para ocasiones posteriores.
Para acompañar las viandas he abierto una botella de Les Argilles du lias 2006. André et Mireille Tissot, de Côtes du Jura, y lo que me he encontrado es un vino voluminoso, poco definido. Redondeado, aunque de vez en cuando asoma alguna arista a la cual agarrarse. Sólo ha sido comparsa de la comida. Volvería, quizá, a beberlo por darle otra oportunidad, puede que de otra añada, pero no me apetece comprar otra botella. La broma a este precio (23 EUR) deja de tener gracia.

Os dejo como comencé, con la canción de Françoise Hardy que he vuelto a taraear tantas décadas después. Por cierto, antes de verlo tomaos una Biodramina o dos...



domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Se cree usted que soy amable?

Algo así decía el inefable Fernando Fernán Gómez en cierta ocasión. De manera análoga pregunto, de modo retórico, ¿siempre se está inspirado para escribir una entrada del blog? pues ya me respondo yo mismo: No (¡y tampoco soy amable!)


Pues en esas estoy. Podría buscarle tres pies a cualquier gato, pero es que no me apetece, es así de sencillo. Incluso en ocasiones se me ocurre algo y lo dejo anotado para desarrollarlo en otro momento, pues este mes ni eso. Hay días, semanas o meses que son así. Hay mañanas en las que uno se levanta con 100% transpiración y 0% inspiración, otras mañanas es a la inversa y hay otras que es 0% en todo. No os puedo contar mucho más que los vinos bebidos durante agosto y como vereis a continuación ni siquiera en esto me extenderé mucho:

- Marqués de Alella 2008. Parxet, S.A. DO Alella (5-6 EUR aprox.)
Siempre solvente y sin apenas variación entre añadas. Es uno de esos vinos que siempre están ahí para salvarte la papeleta. Manzana, cítricos, toques herbáceos y al final, puede que por sugestión, un deje de azúcar residual. ¡Que no nos falten estos vinos!

- Xarmant 2008. DO Arabako Txakolina
Durante algunos años he buscado este vino para ver cómo era un txakolí de una denominación de las menos afamadas. Finalmente ha sido el vino el que me ha encontrado a mi cruzándose en mi camino. Esos pequeños vericuetos que tiene la vida en la que encuentras cuando dejas de buscar. El vino: Muy sencillito. Prado, manzana Granny-Smith y una acidez pomelesca tan elevada que puede que no sea del agrado de todo el mundo. Lo primero en que pensé es en que iría bien con alguna ensalada que tuviera queso de cabra (me refiero al novoclásico rulo) entre sus ingredientes. Tampoco le iría mal a una tortilla de bacalao. Creo que el precio es de 5-6 EUR, lo cual lo haría apropiado como trago sencillo y agradable.

- O. Fournier, Urban Uco Torrontés 2008. Argentina (7.1 EUR)
Estos vinos tan perfumados no me terminan de gustar. Era el primer torrontés que probaba, de modo que sólo puedo describirlo en comparación con lo que haya probado antes. Me recordaba a algo así como moscatel con Gewürztraminer. Ese olor de melocotón, níspero, galán de medianoche... Todo tirando hacia el dulzor que no aparece por estar vinificado en seco. Aparecen los toques de rosas secas, pero de un modo vulgar, ese aroma de ambientador de coche, quizá de insecticida... Obviamente me desagrada. En boca es menos incisivo que en nariz y tiene un giro de amargor que me trae el verdejo a la cabeza.
Días después ha mejorado, pero no tiremos las campanas al vuelo, que la cosa es que ya no huele a insecticida. En suma me ha parecido un vino corto y que no me apetece repetir, pero me parece muy bueno como ejemplo en los cursos de cata.

- Blanco Nieva Pie Franco 2008. Viñedos de Nieva. DO Rueda (8.5 EUR)
Ya son unas cuantas añadas, de modo que uno ya ve a este vino como a un viejo amigo. Da igual cuanto tiempo lleves sin hablar con él, porque a los cinco minutos es como si ayer mismo hubierais estado hablando.
Pradera, toques cítricos, algo de manzana ácida y toques herbáceos y amargos. A estas alturas del año tiene el habitual carbónico que se irá en unos meses. Le noto un poco menos de viveza que la añada anterior.

- Pago del Vicario Petit Verdot Rosado 2008. Pago del Vicario. VdT de Castilla (5.81 EUR)
Realmente excelente esta añada. Firme, vivo, tenso. A seguir bebiendo.

Nota: La imágen perteneciente al yermo desierto de Los Monegros proviene del blog palabraria.blogspot.com

lunes, 7 de septiembre de 2009

Dos VINOS de Touraine

Prometí una segunda entrega de los 2008 alemanes en Mosela… pero como habréis podido comprobar parece que no ha llegado. La razón es que en un par de semanas pasaré unos días en Mosela, así que por no cargar esto demasiado con tanto vino alemán, lo dejaremos de momento en espera.

La entrada de hoy va de vinos “naturales”. Lo de las comillas y cursiva, viene porque me suelen gustar bastante los vinos que suelen ampararse bajo este nombre, pero quizás no tanto el nombre elegido. El otro día turistiqueando un poco por Gante me crucé con una tienda que llamó al instante mi atención (cualquier tienda de vinos lo suele hacer, pero esta especialmente) ya que anunciaba estar especializada en vinos naturales tal y como se puede apreciar en la fotografía. Además estaba abierta, así que de inmediato me introduje en dicha tienda. Pequeñita pero bien equipada, vi bastantes cosas del Loira, unos cuantos Beaujolais interesantes, vinos del sur de Francia… Los vinos españoles que tenían no eran “naturales” (por eso no me gusta el nombre, porque parece que todo lo demás sea vino de polvos). Me comentó Bernard Balcaen (así se llama el que lleva la tienda) que dentro de poco tendrá los vinos de Oliviere Rivière. Yo le pasé los enlaces de la Asociación de Vinos Naturales y le hablé un poco de lo que había probado y de la feria que se celebra anualmente sobre vinos naturales (nunca me olvido de los amigos). Me llevé tres botellas, porque andaba de viaje con el coche, el calor aun apretaba y estos vinos no suelen viajar muy bien, así que no quería riesgos. Os cuento la experiencia, que ha sido muy gratificante con dos de estos vinos de Touraine.


Primero abrí un vino llamado Boisson Rouge, Vin de Table, del Domaine de Montrieux. Es un vino ligeramente espumoso (petillant) de Gamay y… tinto!! Esta bodega trabaja sin añadir nada de sulfuroso. La fermentación se inicia con una uva sana y bien madurada en los depósitos de fermentación y concluye después de embotellar el vino, con lo que el CO2 producido al final del proceso queda atrapado en la botella, dejando así un petillant. Vamos que viene a ser como probar un vino directamente del tanque de fermentación. De echo esa es la primera sensación que transmite y Sara y yo al probarlo dijimos casi al mismo tiempo, “huele a la coperativa en vendimias”. Así que de primeras he de decir que no me entusiasmó, ya que apenas se encontraba uno nada más en nariz. Pero en boca si que era como masticar fresas y cerezas, fresco y divertido con una fina burbuja y aunque ligeramente dulce, no lo suficiente como para complicar maridaje (en este caso fue una simp

le pizza de champis y jamón) con buena acidez y bastante largo. Al rato la nariz se limpia bastante y aflora toda la fruta roja. La verdad es que se bebe muy fácilmente y de forma agradable, es original y con un precio razonable (creo que unos 9€), si que volvería a repetir. Me gustaría compartir una botella de estas con alguno de esos amigos/as que tengo tan aficionados al Lambrusco. Por cierto, viene con un curioso tapón de chapa.

Y la segunda botella ha sido un Côt à Côt 2008, si, en efecto, un vino a base de Côt (Malbec) producido por Noëlla Morantin. ¡Que cosa más rica de vino! Amor a primera vista. Quiero maaaaas!! No se si decir mas o dejar aquí el comentario. Según leo por la internet, este 2008 es la primera añada que elabora Noëlla en su propio domaine después de haber trabajado en el Domaine du Bois Lucas. Sin embargo para este 2008 no pudo contar con uvas propias y las ha comprado. Para la cosecha 2009 contará con viñedo propio, ya que ha conseguido la mitad de Clos Roche Blanche (nunca he entendido porque nadie importa los vinos de esta bodega en España), uno de los mejores viñedos de Touraine, así que habrá que estar muy atentos a lo que haga. De momento este Côt es un vino que me ha parecido de gran pureza. Uva y tierra directamente en la copa. Un color rojo amoratado, brillante, no muy cubierto. En nariz tremendamente floral, lilas y violetas, acompañado de fruta roja ácida, grosellas y cerezas y bastante mineralizad de fondo. Muy limpia la nariz. En boca pura seda y equilibrio, pero sin aburrir, tanino suave, buena acidez que le da nervio y frescura, la fruta de la nariz aparece aquí bien marcada, también muestra un ligero recuerdo vegetal no molesto, que se hace algo mas evidente al segundo día. Muy rico, no te cansas de él. Me sobró media botella y me pasé todo el día deseando volver a casa para reencontrarme con el vino.

Si alguien pasa por Gante, recomiendo la visita a la tienda, cerca del centro, pero fuera de la ruta turística, el destino quiso que aparcara en las inmediaciones, jejeje. En las inmediaciones hay también un restaurante que si no me equivoco, debe guardar relación con la tienda, ya que se podían ver bastantes botellas de estos elaboradores naturales.

Les Tresors, Vins Naturels