Hace calor. Mucho calor. El ritmo de casi todo se hace más lento y podemos decir que incluso Dios en agosto está de vacaciones. En estas circunstancias y en atención a los miles y miles de lectores que pasan por estas páginas adelanto el resumen mensual, para que todos aquellos que partan a sus lugares de asueto estival puedan irse con la conciencia tranquila y los deberes lectores hechos.
Hay una cuestión en este mundo del vino que desde el comienzo siempre me ha hecho sentir algo incómodo. Lo hacía al principio y lo sigue haciendo ahora, si bien lo hace de modo distinto, pues con el tiempo uno pasa de ser un mero espectador de casi todo a ser también parte integrante del asunto. El tema que trato hoy es la ventana de consumo de un vino.
Cuando comienzas a beber vino, a leer acerca de él, participar en foros y demás formas de comunicación, comienzas a observar preguntas y respuestas sobre el mejor momento para beber un vino. Lees acerca de cosechas que se encuentran ahora en buen momento de consumo o acerca de otras cuyo mejor momento parece que ha pasado. Incluso hay mesetas de consumo. Además todo esto, y para variar, no es una regla matemática ni ciencia exacta. Esto es, puedo tener una botella de un año y bodega determinado, otra persona también, la mia excelente y la suya deplorable; en este caso siempre podemos concluir que pudo haber variaciones en las condiciones de guarda. No obstante las variables a considerar son muchas, a saber, la añada, los métodos de vinificación, las variedades de uva empleadas pues las hay que favorecen la guarda en mayor o menor medida, etc. Son tantas posibilidades que la única forma que se observa es la empírica. Suena raro, lo sé, también a mi me lo parecía, pero dentro de este mundo de enochalados es práctica común la compra de varias botellas para observar la evolución del vino en sus distintas fases. Hasta verme involucrado también yo en esta práctica, que en ocasiones se torna rito, tampoco yo comprendía el que hubiera personas que compran cajas y cajas de determinados vinos para dejarlos dormir en sus bodegas hasta el momento apropiado de abrirlos. En ocasiones unas pocas botellas y unos pocos meses o años. En otras, muchas botellas y décadas de espera. De vez en cuando toman una botella como muestra para observar el estado del vino y hacer una estimación del momento más apropiado para abrirlos, ese momento denominado meseta en el que el vino está en plenitud expresiva y que tampoco hay ciencia cierta de cuánto dura, antes de que el vino comience su decadencia, que puede ser suave o sencillamente de un abrupto declive calificable en ocasiones como catastrófico.
Echad cuenta moral, lo que debe ser guardar un vino durante años para que al abrirlo te des cuenta de que su momento pasó y tú ni siquiera lo disfrutaste. Disfruta el momento pero recuerda que eres mortal, que dirían los más clásicos. Pasar de la infancia a la senectud sin disfrutar de la madurez.
No quiero escribir un post demasiado largo, y bien puede ser que ya lo esté resultando, pero sí quisiera explicaros que el vino que me ha traido nuévamente este tema a la mente ha sido una botella de Dönhhoff Riesling Trocken 2002. Este vino es disfrutable desde que sale a la calle y su ventana de consumo teórica es hasta unos seis años después de lo indicado por la añada. Esa es la teoría y en términos absolutamente generalistas. Lo que yo me he encontrado es un vino que lejos de estar en decadencia se encuentra en un momento espléndido de madurez, que ha crecido y se ha hecho adulto. No sé cuanto tiempo estará en ese punto y si seguirá creciendo y evolucionando, pero bien es cierto que nuévamente un riesling, de la gama básica, me ha cambiado otro de los pocos esquemas que tenía.
Os dejo ahora, y por fin, con el informe mensual de vinos:
- Txakolí Itsas Mendi. Bodegas Itsas Mendi. DO Bizkaiko Txakolina (8 EUR)
Una botella con una presentación y evolución más normal que la anterior que bebí. Manzana golden templada al fuego, algo de parque regado y una acidez cítrica queen boca me recuerda a la del níspero o la del kaki. Buena RCP.
- Blanco Nieva Verdejo Pie Franco 2007. Viñedos de Nieva. DO Rueda. (8,05 EUR)
En esta época del año el vino está donde esperaba, esto es, con un ligero burbujeo. Estas burbujas desaparecen al segundo día, dándome una mejor medida de en qué punto se encuentra. Sigue la línea ya habitual de este vino, sin embargo destaco que en este momento muestra un espinazo de acidez de los de poner los pelos de punta. Está firme y duro. Ha acompañado muy bien un par de ensaladas y picoteo habitual, fiambre, etc. Pese a que ha subido algo de precio en el último par de años sigue teniendo buena RCP.
- Pago del Vicario Petit Verdot Rosado. Bodega Pago del Vicario, S.L. VdT de Castilla (5,77 EUR)
Segunda botella de este vino para confirmar impresiones y confirmadas quedan. Un rosado para beber y beber. Ahora, con las temperaturas más altas, se nota más el alcohol y aunque tiene todas las características que indicaba en la anterior nota de cata si le observo un carácter más piruletero.
- A Priori. Bodega Josep Colet. DO Penedes (aprox 6 EUR)
Encantador. Toques de manzana que bailan con la acidez y una profunda y suave cremosidad con una curiosa mezcla de fruta roja en pétalos (no sé como explicar el que me recuerda simultáneamentea los pétalos de rosa y a fruta del mismo color). Otro espumoso de Colet que no me canso de beber.
- Dönnhoff. Riesling. Trocken. 2002. Nahe - Alemania - (15 EUR aprox)
Desafiante. Despojado de cualquier pueril atisbo de juventud se ha convertido en un caballero serio. Ya no hay nada de jovial frescura juvenil, flores y frutas. No. Su tarjeta de presentación son unas agradables notas querosénicas, una fina capa de dulzura (¿azúcar residual?) y cuando empiezas a murmurar lo bueno que está planta sus pies firmes con un final seco y cortante. Al final de lo que debiera ser su ventana de consumo se presenta en un momento de madurez fantástico. Excelente RCP.
Por último, esta vez sí, retomo la sección "¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los '80?" con un nuevo vídeo de esos que no tienen precio. Si algún lector consigue ver al cantante dar un único paso de baile acompasado con la música que levante la mano.
Pues ea, sillita y a la fresca, que es lo que toca.
Nota: La imagen pertenece a la obra titulada 'Muchacha en la ventana' de Salvador Dalí.
miércoles, 23 de julio de 2008
La Ventana
Publicado por José Luis Giménez
Etiquetas: 10-20€, dönnhoff, menos de 10€, Riesling
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16 comentarios:
Qué bueno el post Jose Luis (de largo nada, en su punto). Me has inspirado. Guardaré una de las botellas que poseo de Dönnhoff Riesling Trocken 2005 para ver como evoluciona en tres o cuatro años.
Un saludo.
Ah!, y te deseo unas placenteras y reconstituyentes vacaciones. Nos vemos a la vuelta.
Hola Rubén, gracias por tus buenos deseos para las vacaciones, pero haré camping en el blog ;) No tendré días libres, que no vacaciones, hasta bien entrado septiembre.
Espero que en tu caso sí tengas vacaciones y disfrutes de ellas con unos cuantos vinos.
Saludos,
Jose
Pues si, muy interesante post y merecidos comentarios sobre un vino con una RCP fenomenal. Si viviese en Alemania, creo que lo compraría por palets, jejeje. Yo bebí mi último 2002 (comprado en Londres mucho mas barato que en cualquier tienda española), el año pasado. Y me pareció que estaba estupendo, para nada cerca del borde de la meseta.
El sekt que bebimos el otro día del 92, si que posiblemente hubiese sobrepasado ese borde, pero tampoco estaba caido del todo.
Esta bonito esto de ver como los vinos evolucionan. Me parece una parte fundamental y curiosamente mucha gente lo detesta y demandan productos para consumo inmediato.
Saludos y buenas vacaciones a todos, aunque yo también me quedo de guardia aqui.
Olaf
Hola muy buenas. Estoy aqui despues de coincidir en el blog de Jose Luis Louzan y no conocía tu casa. Buena pinta. Voy a echarle un vistazo al resto de los post. Un saludo.
El Sekt del otro día, desde mi punto de vista, ya estaba decayendo. Se mostraba interesante, pero me hacía pensar más en lo bien que habría estado que en el momento actual.
El Dönnhoff básico, pues eso, para beber y beber y volver a beber.
Saludos,
Jose
Hola Tony y bienbebido. No obstante no es únicamente mi casa, si no que la compartimos Olaf et moi. En honor a la verdad y si echas un ojo a posts pasados, verás que la creación del blog es obra de Olaf, que amablemente me invitó a participar y colaborar con él en este lugar.
Saludos,
Jose
Hola, Jose, lamento meterme en la "charla" tan tarde, pero ando ahogado en miles de cajas de libros!!!
En esta ocasión, como en las quinielas que tocan, he probado todos los vinos que comentas y No he sufrido el síndrome de la vejez inmadura porque el mío es el de Peter Pan: no dejo que NADA envejezca!
Me gusta ese txaolí, sí, y me quedo entre los preferidos con el rosado de PV de Pago del Vicario, un rosado con alma de tinto donde los haya. Y Sergi Colet, qué decir de su calidad y sus precios? Yo me vuelvo loco con su Assemblage y con su A Posteriori, siempre que haya reposado unos meses tras el degüelle.
Y sobre tu reflexión inicial, pues me quedo con las reflexiones poéticas de Solón sobre las edades del hombre, aplicadas al vino: cada edad tiene sus cosas buenas, pero un servidor "huye" de la madurez y prefiere la juventud o la vibrante senectud: no saben nada de eso en el Nahe, no...
Un abrazo!
Joan
Nunca es tarde Joan, siempre tienes las puertas abiertas.
Lo que me asombra es que seas capaz de conectarte en mitad de una mudanza (8-o
Los vinos de este mes, creo que han cumplido los preceptos que hay en el lateral del blog, esto es, vinos razonablemente encontrables y a un precio que no sea demasiado lesivo. Todos por debajo de 10 EUR excepto el de Dönnhoff (este rondaba los 15 EUR en su momento).
En cuanto a los momentos del vino, como en todo, elegir es renunciar si bien a mi me resulta igual de molesto tomarme un vino antes de su momento adecuado, que después del mismo.
Hay vinos que nacen para ser consumidos jóvenes y otros cuya razón de vivir es ser esperados durante años. Y otros que nunca tiene uno claro ni de dónde vienen ni adonde van. Pero este es otro tema.
Abrazotes.
Jose
Sí, querido Jose, pero aquí la intuición y la información juegan un papel clave. Por poner un ejemplo, sin dar nombres de marcas ahora: yo compro botellas de vinos del Priorat que están, según la bodega, preparadas para ser cosnumidas en 7-10 años. Pero, amigo, la experiencia que uno tiene junto con lo que sabe de la vinificación de esos vinos y un pelín de intuición, te hacen modificar con frecuencia los períodos de teórico disfrute de los vinos... Y cuando pillas el momento justo, eso sí, el disfrute y el placer son dobles, por el vino y por el acierto!
Saludos
Joan
PS. Ya terminó lo peor de la mudanza. Los cuadros, fotos y litos están en las paredes y sólo quedan unos pocos miles de libros por ir colocando. Cuestión de un par de días...
Saludos
Joan
PS. por cierto, y por hablar de escabeches, en el primer día de mudanza perdí 4 kg (no es broma, no), que he empezado a recuperar hoy con un estupendo escabeche de atún, del que pienso hablar más pronto que tarde.
Eso de la experiencia y la intuición me hacía ver esto del vino y sus arcanos como un extraño club secreto, lleno de magia negra y cosas así ;) No comprendía de dónde venía esa intuición... ¡ni esa experiencia! máxime cuando no había reglas matemáticas que aplicar, ni había especificaciones estrictas. Algo así como "raíz cuadrada de tempranillo por el ángulo que forma la bisectriz del graciano..."
Y luego están los vinos que vienen y van. Salen de la bodega con una franqueza juvenil que da gloria verla, hasta que un día se quedan mudos, para volver a florecer tiempo después con un aspecto totalmente distinto.
Otro mundo más, este de la ventana de consumo, dentro del archipiélago del vino que siempre es estimulante explorar.
De la mudanza. Me creo a pies juntillas lo de los 4 Kg. Aunque sólo sea en líquido por la sudoración los pierdes sin problema. Yo las mudanzas las suelo hacer de semana completa (en 2 días no hago ni pin ni pon ;) y cuando finaliza la semana tengo aspecto de condenado a galeras.
En esa semana mi alimentación se torna lamentable; basada en sandwiches, bocadillos y... algún menú de esos de McSomething y alguna pizza congelada... Vuelvo a ser persona cuando enciendo el fogón y descorcho un vino :)))
Abrazotes
Fenomenal post, Jose. Felicidades.
Me parece que la ventana de consumo tiene también una interpretación distinta para cada persona. Para los amantes de vinos más tánicos, quizás una botella esté en mejor momento antes. Para aquellos que los prefieren más maduros, una espera más larga merece la pena para llegar a un vino quizás más pulido y de mayor complejidad.
Que disfrutes de Agosto. Los que se van te dejarán mayor tranquilidad :-)
Hooola SV,
indudablemente como indicas también influye el gusto propio para juzgar en qué punto ha de beberse o dejar de beberse un vino, lo cual no obsta para que este se encuentre en el momento de evolución y crecimiento idóneo dentro de las características que le son inherentes (jolín que fisno ma'quedao ;)
Saludos,
Jose
Doce mas unoooooo... :-/
Saludos,
Jose
Es un tema a debatir, sin duda. como el paladar de cada uno, la época de consumo de cada vino también es particular. hay que tener en cuenta su vida, su madurez, pero yo ya no pongo la mano en el fuego por nadie.
He hecho pruebas con pseudoaficionados ofreciendoles vinos decadentes, oxidados y moribundos y les parecen gloria bendita. Asi que... mejor no hablar.
Lo que está claro es que a quienes nos gusta beber y no somos pacientes preferimos que el vino envejezca en la bodega del vecino.
Saludos.
Hola LgN, en ese último punto que indicas creo que sí que estaremos todos de acuerdo, esto es, que sea la bodega quien crie los vinos y los ponga en el mercado en el momento adecuado y no que seamos nosotros los enochalados quienes tengan que ponerse a hacer calados en cuevas ;)
Saludos,
Jose
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