El sábado 16, aprovechando la visita de los asistentes al encuentro verema a mi querida ciudad de Valencia, nos reunimos unos cuantos amigos enochalados en el restaurante Arbekino, en lo que había recibido el nombre de "La cena paralela". En total nos juntamos 18 personas y mareamos al personal del restaurante hasta pasadas las 2 de la madrugada. Así que en primer lugar, quiero agradecer el trato dispensado por todo el personal del Arbekino, que nos hicieron sentir como en casa.
Este restaurante esta situado en pleno centro de Valencia, a pocos metros de las Torres de Serranos y del Palacio de la Generalitat. La decoración es muy acogedora moderna, pero sin caer en los fríos comedores minimalistas tan habituales hoy en día. Mariví y Fabien llevan este restaurante de manera impecable y Josan transmite su pasión por el vino en la buena ejecución de su cometido. Tomamos un menú degustación de 5 platos y dos postres armonizado con distintos vinos. Sin olvidar el rico guacamole sobre cuchara doblada por Uri Geller que salió de aperitivo. O el aceite de arbequina y pan para mojar, que cosa mas sencilla y mas deliciosa.
Comenzamos con una terrina de foie caramelizado con compota de pera y jengibre y un physalis, que estaba delicioso, creo que fue lo que mas me gustó y es que el foie me suele encantar, pero esta preparación lo bordaba, el caramelizado y la compota combinaban de maravilla. El vino fue un parcialmente botrytizado Coteaux du Layon Faye, Dom. Des Quarres, La Magdelaine Prestige 2005. Me gustó, aunque lo encontré demasiado maduro y tropical en nariz y quizá un pelín corto de acidez en boca. Puede que esté demasiado joven, pero de todas formas es un vino con buena RCP, ya que en tienda anda por los 14€.
Continuamos con una crema de calabaza con huevo pochado y trufa, bien elaborada, muy rica y bien presentada. Aquí metimos una pequeña vertical de Blanco Nieva Pie Franco, desde el 2004 hasta el recién embotellado especialmente para la ocasión 2007. Ya tenía ganas de beberlos todos juntos. Los cuatro vinos estaban en perfectas condiciones y no noté agotamiento por parte de ninguno, mostrando unos colores preciosos, brillantes y manteniendo reflejos verdosos todos. El 2004 lo encontré algo mas cerrado y apretado que cuando lo bebí en otoño en Segovia. Se mostraba muy mineral, mucho canto rodado, le costaba mostrar notas frutales, en boca muy buena acidez, había ganado una leve untosidad, pero seguía fresco y largo. El 2005 estaba mas abierto, vegetal y frutal, manteniendo la mineralidad, pero en este caso en segundo plano, con unas agradables notas anisadas, en boca, algo menos de acidez que el 04 y un poco mas de volumen. El 2006 era el que aparecía en mejor forma en estos momentos, muy expresivo y equilibrado, era como caminar por un campo de heno en primavera, en boca jugoso y con buena acidez. El 2007 era pura tiza. Es una cosa que ya hemos visto muchas veces, sobretodo al catarlos en los depósitos en la bodega, estos vinos al principio dan un aroma a tiza muy marcado, Pepe me decía que no le convencía, pero yo los encuentro interesantes. En boca tiene una acidez muy marcada, ojo a esta añada 2007, porque me da a mi que será de las buenas.
Luego tocaba una ostra con morcilla y puerro y bouquet de algas. Fué lo que menos me gustó, no por nada, si no porque no soy muy amante de las ostras. Las algas estaban muy buenas. Lo acompañamos de un champagne Andre Clouet Brut Grande Reserve, elaborado con 100% Pinot noir de Bouzy, Grand Cru. Rico pinot noir de la montaña de Reims, este champagne, aparece con un color amarillo dorado pálido con unos leves reflejos cobrizos. Tiene una nariz muy peculiar, con fruta roja, alguna nota cítrica, algo de lías y buena mineralidad. En boca una marcada acidez, suave cremosidad y muy calcáreo, tiene un final suficientemente largo. Acompañó bien la comida. A mi me gustó y creo que tiene buen precio, aunque hubo diversidad de opiniones.
Y llegamos a un fabuloso mero con verduras blanquedas y aceite de trufa blanca, con unos aromas de la trufa realmente intensos, un plato del que disfruté enormemente. El pescado en su punto y las verduras crujientes y sabrosas. El vino, uno de los que me sorprendió, no conocía este Heymann-Löwenstein Schieferterrassen Riesling2006 del Mosela. Y sabiendo que anda por bastante menos de 20€, me parece un vino muy interesante que se puede beber ya mismo. Color amarillo limon con leves reflejos dorados. La nariz es intensa y madura fruta, cítricos y melocotones, casi en almibar, marcada mineralidad y en boca amplio con excelente acidez y un final muy correcto.
Tiempo para los tintos y para algo de carne. En este caso un rico conejo relleno de setas y marisco con su salsa en aroma de cardamomo, realmente acertado y delicioso. Lo acompañamos de los tintos traídos por algunos de los elaboradores presentes, los Clos Dominic 2005 Vinyes Baixes, Vinyes Altes y Vinyes Altes Selecció Ingrid y el Finca la Cantera del amigo Garbu. De los vinos de Dominic, el que mas me gustó fue el Vinyes Altes, muy elegante en boca, buena acidez y con una nariz equilibrada y de marcada personalidad, con flores, fruta madura, pero no mermelada y mucho suelo prioratino. En boca serio y elegante, con buena acidez, se bebía bien. El Ingrid, un vino exuberante y muy personal, demasiado, para lo que son mis gustos. Mayoritariamente garnacha, la verdad es que me costaría mucho identificarlo como esa variedad, no es de mi estilo. El vinyes baixes un vino mas amable en boca y con un carácter mas vegetal que los otros dos. Del Finca la Cantera, poco mas puedo decir, ya ha habido otra entrada en este blog sobre este vino, un cabernet Navarro del que nunca me cansaré, pura elegancia, mucho suelo y mineralidad, frescura en boca y nada de verdores.
Luego vino un primer postre, un falso membrillo de frutos rojos, que a mi me gustó, ligero, no empalagoso. Y luego un chocolate en 5 texturas, que estaba bien bueno y nada pesado, porque despues de tanto comer, me lo acabé sin ningun esfuerzo. Y apareció el Oporto vintage de Niepoort, 1985, que llevaba decantado un buen rato. El vino conservaba un color bonito, rojo intenso, clareando en el ribete. La nariz estaba para mi gusto, rara. Tengo muy poca experiencia con estos vinos, la fruta estaba bastante ausente, había higos, notas especiadas, pero sobretodo marcado por aromas a pegamento o a laca de uñas, que no me acababan de convencer, muy volátil y el alcohol por integrar. El caso es que pasamos una gran noche. Hablamos de cosillas interesantes, brujerías, biodinámicos, viticultores... Puse nuevas caras a los nicks del foro y nos reimos un rato con las tenazas en el fallido intento de abrir el oporto (por lo visto boicoteado por el equipo de cocina). Gracias a todos los que vinisteis, espero que disfrutarais y espero que nos reunamos pronto en el futuro. Aquí os dejo con un perfil de mi "nariz de oro".
Muchas de las fotos son por cortesía de NachoGF que fue el fotógrafo oficial de la noche. Muy bonitas, por cierto, se nota quien sabe tirar fotos. Edito y añado una foto de todo el grupo, que no se porqué el e-mail de Nacho con esta foto me ha llegado un día despues:
6 comentarios:
Hola OLAF, dice una compañera a quien le enseñado esa foto de perfil que estás guapo, que si tienes novia jajaja-v-
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Bueno, unas fotos preciosas, agradeceros a todos esa fantástica noche. En cuanto, a como bodeguera decir que S. Ingrid 2005, es un enfant terrible, lo reconozco, personalmente es ahora el vino que a mi más me gusta beber, d ehecho no salgo a cenar con mi marido sin una botella, me he reservado un centenar solo para nosotros. Si que es un vino difícil, y exuberante, mucho, demasiado. Lo reconozco, son solo 300 botellas, y por eso me pude permitir hacer un vino muy muy a mi gusto.
Dominic
Ejem... creo que Sara no se pasa mucho por aqui, ¿es guapa tu amiga? jejeje
Sobre el Ingrid... pues eso, que al ser un vino tan personal, es difícil que guste a todo el mundo. A mi me parece perfecto que hagas lo que a ti te gusta. Todos deberían hacer eso y siempre aplaudiré los vinos con personalidad, me gusten o no. Lo que no me gusta es un vino hecho para vender en tal o cual mercado o para agradar a los críticos. O hipermaquillado de forma que es completamente imposible saber de donde viene. Los Clos Dominic los reconocería a ciegas sin ningun problema y dicen claramente de donde vienen. Luego te puede gustar mas o menos ese estilo, pero eso es otra historia.
Saludos
Olaf
Bueno, bueno Olaf, jajaja,
me apunto eso de que no te gustan...
Dominic
También soy de la opinión de que el VA 2005 rompe la pana!!!
Podría ser lo que dice Domi, el Ingrid se trata de un vino hecho a medida, como a ella le ha gustado hacerlo... yo lo he probado varias veces y parece que se me resiste.
Domi, perdona esta intrusión, ya sabes que la niñita de mis ojos es el "pequeñin" Andreu (mi primer enamoramiento fue en Porrera contigo y Paco, el segundo en mi casa, una delicia de chaval!), menuda fiera!!! ;-))
Muchos saludos!
OG (VDB)
Pues todos los selecciones tienen ese problema, son vinos pensados para evolucionar a largo plazo, y como el SANDREU, se le acusó en las primeras catas de ser muy verde, muy inmaduro, al Ingrid, se le acusa de exuberante. Todo y que el Andreu ahora arraca por castañuelas. Recuerdo que un famosísimo distri.me dijo del Andreu en sus primeras catas,a lo poquito de embotellar que no lo entendía, luego ha vendido y más que me ha pedido, como los USA.
El problema en este caso, es la garnacha, pero tb reconozco que el problema es dejar catar estos vinos muy pronto, o en condiciones no adecuadas.Como cuando se llevaron el primero de Andreu recién embotellado a un encunetro de lavidagrata.
En fin, yo como bodeguera tb voy aprendiendo, sobretodo a cuando he de abrir mis botellas, jajaja.
Me alegra que celebrarais esa "cena paralela" en buena armonía de personas, comida y vinos!
Y además en nombre de quien corepresento, me hace especial ilusión que probarais ese H.Löwenstein Schieferterrasen del ínclito Reinhard Löwenstein. En efecto, una de las características que tiene el Schieferterrasen es que es perfectamente disfrutable prácticamente desde el momento de su salida de bodega.
El crujiente de la piel del pescado o el contraste con las verduras casan muy bien con el azúcar residual del vino perfectamente equilibrado con la acidez del mismo.
Felicidades para Arbekino y su equipo!
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